
Y dándole seguimiento a la piña de la que escribí y retraté para el tema de "Pequeño vivero en casa" les comparto que creció, maduró, fue cortada y consumida con mucho entusiasmo.


Alcanzó un tamaño pequeño, se puso amarilla en su cáscara y en ese momento la cortamos. Les puedo decir que fue una experiencia llena de emoción al probar este regalo de la naturaleza, que se dio después del esfuerzo de cuidarla estos meses. ¿El resultado??? Una piña muy dulce, jugosa y que nos surtió de una porción adecuada de fruta para nuestro desayuno sabatino a mi hijo, a mi esposa y a mi. No les platico más, les dejo algunas de las fotos para que las disfruten... ¡Provecho!


Por si alguien se pregunta qué pasó con el penacho, les platico que fue sembrado casi de inmediato, en una pequeña maceta, esperando crezca y nos brinde productos de la misma o mejor calidad.